Se podría decir que en
la primera entrada intentaba responder a la cuestión de qué se podía
esperar de este blog. No se si lo conseguí o no. Fuera lo que fuere, la misma
coherencia justifica intentar responder hoy a la pregunta complementaria sobre
qué es lo que no se debería esperar de este blog.
Primero de todo sería bueno clarificar qué tipo de
terapeuta soy. Mi formación, mis estudios y mi desarrollo profesional, también
mi decisión claro, me han orientado
hacia lo que se conoce como Terapia Cognitivo Conductual (TCC) -cierto que con
goticas de Filosofía. Esto no es trascendente, es sólo una opción entre otras
muchas y que no voy a defender aquí como mejor o peor que otras, es sólo
aquella orientación a la que, después de conocer otras, decidí adscribirme.
Otra opción. Después de darme cuenta que me
resultaba difícil poder mantener mis conocimientos al día, en un momento de mi
desarrollo profesional, y con cierta inquietud, abandoné algunas áreas de
interés de la Psicología Clínica.
Decidí que mi actividad se concretaría en trabajar con personas adultas,
preferiblemente en terapia individual y centrada en problemas (¿trastornos?)
emocionales y conductuales. Dado que hace años que no trabajo con problemas
infantiles, ni educativos, ni de pareja, ni de selección de personal, tampoco
se puede esperar de este blog que aparezcan entradas referidas a esas áreas.
Tampoco se encontrarán aquí promesas de felicidad,
tampoco aquellos recetarios “psi” que tanto abundan asegurando una fórmula de
felicidad que una receta jamás podrá dar. No tengo la fórmula para ser feliz
yo, menos para hacer feliz a otros. Tampoco filtros milagrosos para borrar de
un plumazo aquello que no nos gusta de nosotros o que genere casi por arte de
magia lo que desearíamos tener o hacer. Espero -esa es la intención- que aquí
se puedan encontrar las herramientas, complementarias a una terapia, que nos
puedan ayudar a mejorar nuestro estado emocional o aquellas conductas que
pueden estar limitándonos en nuestra vida diaria. ¿Además, no crees que si yo
tuviera aquellas fórmulas de la felicidad estaría hoy muy ocupado dando
conferencias y recibiendo honores por medio mundo, y no escribiendo este blog?
Obvio que de la felicidad se hablará, y quizás no
poco. Es un tema que me resulta de especial interés y lleva mucho tiempo
ocupándome, incluso es probable que la siguiente entrada escriba sobre algún
aspecto de ella, pero que no se espere el desarrollo de una de esas fórmulas
del tipo de los “10 pasos para ser feliz en Lorca” o en Murcia, ni tampoco en
Alaska.
Para acabar, aún siendo cierto que el “núcleo duro”
de este blog será será la Psicología Clínica, no lo es menos que antes que psicólogo fui y soy,
ante todo, un ser humano que tiene otros intereses. Seguro que no escribiré aquí
de las bondades de la papiroflexia, pero muchos de esos otros objetos de
interés guardan relación con la psicología –también con mi vida- y estoy casi
seguro que tendrán su reflejo en este blog recién iniciado.
Hasta la siguiente.
Sean ustedes felices.
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