sábado, 9 de julio de 2016

Qué no debería esperar…. del blog, claro

Se podría decir que en la primera entrada intentaba responder a la cuestión de qué se podía esperar de este blog. No se si lo conseguí o no. Fuera lo que fuere, la misma coherencia justifica intentar responder hoy a la pregunta complementaria sobre qué es lo que no se debería esperar de este blog.
Primero de todo sería bueno clarificar qué tipo de terapeuta soy. Mi formación, mis estudios y mi desarrollo profesional, también mi decisión claro,  me han orientado hacia lo que se conoce como Terapia Cognitivo Conductual (TCC) -cierto que con goticas de Filosofía. Esto no es trascendente, es sólo una opción entre otras muchas y que no voy a defender aquí como mejor o peor que otras, es sólo aquella orientación a la que, después de conocer otras, decidí adscribirme.
Otra opción. Después de darme cuenta que me resultaba difícil poder mantener mis conocimientos al día, en un momento de mi desarrollo profesional, y con cierta inquietud, abandoné algunas áreas de interés de la Psicología Clínica. Decidí que mi actividad se concretaría en trabajar con personas adultas, preferiblemente en terapia individual y centrada en problemas (¿trastornos?) emocionales y conductuales. Dado que hace años que no trabajo con problemas infantiles, ni educativos, ni de pareja, ni de selección de personal, tampoco se puede esperar de este blog que aparezcan entradas referidas a esas áreas.
Tampoco se encontrarán aquí promesas de felicidad, tampoco aquellos recetarios “psi” que tanto abundan asegurando una fórmula de felicidad que una receta jamás podrá dar. No tengo la fórmula para ser feliz yo, menos para hacer feliz a otros. Tampoco filtros milagrosos para borrar de un plumazo aquello que no nos gusta de nosotros o que genere casi por arte de magia lo que desearíamos tener o hacer. Espero -esa es la intención- que aquí se puedan encontrar las herramientas, complementarias a una terapia, que nos puedan ayudar a mejorar nuestro estado emocional o aquellas conductas que pueden estar limitándonos en nuestra vida diaria. ¿Además, no crees que si yo tuviera aquellas fórmulas de la felicidad estaría hoy muy ocupado dando conferencias y recibiendo honores por medio mundo, y no escribiendo este blog?
Obvio que de la felicidad se hablará, y quizás no poco. Es un tema que me resulta de especial interés y lleva mucho tiempo ocupándome, incluso es probable que la siguiente entrada escriba sobre algún aspecto de ella, pero que no se espere el desarrollo de una de esas fórmulas del tipo de los “10 pasos para ser feliz en Lorca” o en Murcia, ni tampoco en Alaska.
Para acabar, aún siendo cierto que el “núcleo duro” de este blog será será la Psicología Clínica, no lo es menos que antes que psicólogo fui y soy, ante todo, un ser humano que tiene otros intereses. Seguro que no escribiré aquí de las bondades de la papiroflexia, pero muchos de esos otros objetos de interés guardan relación con la psicología –también con mi vida- y estoy casi seguro que tendrán su reflejo en este blog recién iniciado.
Hasta la siguiente.
Sean ustedes felices. 

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